| Federico García Lorca, poeta di squisita sensibilità plastica, coltivò l’arte del disegno con grande semplicità e usando una varietà di mezzi tecnici, ma con la stessa capacità di raffinata invenzione e di ricerca del concreto che rende grande la sua poesia. 
 Lungo la sua breve vita (1898-1936) l’interesse per la musica e la pittura crebbero e si radicarono in lui, e potremmo dire nella sua stessa visione lirica, fino a formare parte integrante del suo modo di interpretare la realtà.
 
 Ci troviamo di fronte a un artista “totale”: poeta, drammaturgo, direttore scenico, musicista, conferenziere, che in una lettera del 1928 confidava a un amico:
 
 “Ho scritto moltissimo: ho un’infinità di poemi, disegni, spartiti, prose…” dove i diversi segni dell’arte (parola-disegno-note) sono vissuti come frutto di un processo creativo inscindibile e dolorosamente entusiasmante: “un desiderio di forme e di limiti ci attanaglia” (Ode a Salvador Dalì).
 
 Rafael Lozano Miralles, massimo esperto di García Lorca, docente di letteratura spagnola dell’Università di Bologna, farà un percorso nell’arte del poeta spagnolo, accompagnato dalla lettura di Lucia Lanzarini, allieva di Vittorio Gassman.
 
 De Poema del cante jondo
 
 PAISAJE
 
 El campo
 de olivos
 se abre y se cierra
 como un abanico.
 Sobre el olivar
 hay un cielo hundido
 y una lluvia oscura
 de luceros fríos.
 Tiembla junco y penumbra
 a la orilla del río.
 Se riza el aire gris.
 Los olivos
 están cargados
 de gritos.
 Una bandada
 de pájaros cautivos,
 que mueven sus larguísimas
 colas en lo sombrío.
 
 
 PAESAGGIO
 
 Il campo
 di ulivi
 s'apre e si chiude
 come un ventaglio.
 Sull'oliveto
 c'è un cielo sommerso
 e una pioggia scura
 di freddi astri.
 Tremano giunco e penombra
 sulla riva del fiume.
 S'increspa il vento grigio.
 Gli ulivi
 sono carichi
 di gridi.
 Uno stormo
 d'uccelli prigionieri
 che agitano lunghissime
 code nel buio.
 
 
 LA GUITARRA
 
 Empieza el llanto
 de la guitarra.
 Se rompen las copas
 de la madrugada.
 Empieza el llanto
 de la guitarra.
 Es inútil
 callarla.
 Es imposible
 callarla.
 Llora monótona
 como llora el agua,
 como llora el viento
 sobre la nevada
 Es imposible
 callarla,
 Llora por cosas
 lejanas.
 Arena del Sur caliente
 que pide camelias blancas.
 Llora flecha sin blanco,
 la tarde sin mañana,
 y el primer pájaro muerto
 sobre la rama
 ¡Oh guitarra!
 Corazón malherido
 por cinco espadas
 
 LA CHITARRA
 
 Incomincia il pianto
 della chitarra.
 Si rompono le coppe
 dell'alba.
 Incomincia il pianto
 della chitarra.
 È inutile
 farla tacere.
 È impossibile
 farla tacere.
 Piange monotona
 come piange l'acqua,
 come piange il vento
 sulla neve.
 È impossibile
 farla tacere.
 Piange per cose
 lontane.
 Arena del caldo meridione
 che chiede camelie bianche.
 Piange freccia senza bersaglio
 la sera senza domani
 e il primo uccello morto
 sul ramo.
 Oh, chitarra,
 cuore trafitto
 da cinque spade!
 
 
 De Canciones
 
 CANCIÓN DEL JINETE
 
 Córdoba.
 Lejana y sola.
 
 Jaca negra, luna grande,
 y aceitunas en mi alforja.
 Aunque sepa los caminos
 yo nunca llegaré a Córdoba.
 
 Por el llano, por el viento,
 jaca negra, luna roja.
 La muerte me está mirando
 desde las torres de Córdoba.
 
 ¡Ay qué camino tan largo!
 ¡Ay mi jaca valerosa!
 ¡Ay, que la muerte me espera,
 antes de llegar a Córdoba!
 
 Córdoba.
 Lejana y sola.
 
 
 CANZONE DI CAVALIERE
 
 Cordova.
 Lontana e sola.
 
 Cavallina nera, grande luna,
 e olive nella mia bisaccia.
 Pur conoscendo le strade
 mai piú arriverò a Cordova.
 
 Nel piano, nel vento,
 cavallina nera, luna rossa.
 La morte mi sta guardando
 dalle torri di Cordova.
 
 Ahi, che strada lunga!
 Ahi, la mia brava cavalla!
 Ahi, che la morte mi attende
 prima di giungere a Cordova!
 
 Cordova.
 Lontana e sola.
 
 
 ES VERDAD
 
 ¡Ay, qué trabajo me cuesta
 quererte como te quiero!
 
 Por tu amor me duele el aire,
 el corazón
 y el sombrero.
 
 ¿Quién me compraría a mí
 este cintillo que tengo
 y esta tristeza de hilo
 blanco, para hacer pañuelos?
 
 ¡Ay, qué trabajo me cuesta
 quererte como te quiero!
 
 
 È VERO
 
 Ah, che fatica mi costa
 amarti come ti amo!
 
 Per il tuo amore mi duole l'aria,
 il cuore
 e il cappello.
 
 Chi mi comprerà
 questo cordone che ho
 e questa tristezza di filo
 bianco, per far fazzoletti?
 
 Ah, che fatica mi costa
 amarti come ti amo!
 
 
 [ARBOLÉ’, ARBOLÉ’]
 
 Arbolé, arbolé
 seco y verdé.
 
 La niña de bello rostro
 está cogiendo aceituna.
 El viento, galán de torres,
 la prende por la cintura.
 Pasaron cuatro jinetes,
 sobre jacas andaluzas.
 con trajes de azul y verde,
 con largas capas oscuras.
 "Vente a Granada, muchacha."
 La niña no los escucha.
 Pasaron tres torerillos
 delgaditos de cintura,
 con trajes color naranja
 y espada de plata antigua.
 "Vente a Sevilla, muchacha."
 La niña no los escucha.
 Cuando la tarde se puso
 morada, con luz difusa,
 pasó un joven que llevaba
 rosas y mirtos de luna.
 "Vente a Granada, muchacha."
 Y la niña no lo escucha.
 La niña del bello rostro
 sigue cogiendo aceituna,
 con el brazo gris del viento
 ceñido por la cintura.
 
 Arbolé arbolé
 seco y verdé.
 
 
 [ARBOLÉ, ARBOLÉ]
 
 Arbolé, arbolé
 secco e verdé.
 
 La ragazza dal bel volto
 sta cogliendo olive.
 Il vento, corteggiatore di torri,
 la prende per la cintura.
 Passaron quattro cavalieri,
 sopra cavalle andaluse,
 con vesti d'azzurro e verde,
 con lunghi mantelli scuri.
 "Vieni a Cordova, ragazza."
 La ragazza non li ascolta.
 Passaron tre piccoli toreri
 magri di cintola,
 con vesti color arancia
 e spade d'argento antico.
 "Vieni a Siviglia, ragazza."
 La ragazza non li ascolta.
 Quando la sera diventò
 viola, con luce diffusa,
 passò un giovane che portava
 rose e mirti di luna.
 "Vieni a Granada, ragazza."
 E la ragazza non l'ascolta,
 La ragazza dal bel volto
 continua a cogliere olive,
 con il braccio grigio del vento
 passato alla cintura.
 
 Arbolé, arbolé
 secco e verdé.
 
 
 MURIÓ AL AMANECER
 
 Noche de cuatro lunas
 y un solo árbol,
 con una sola sombra
 y un solo pájaro.
 
 Busco en mi carne las
 huellas de tus labios.
 El manantial besa al viento
 sin tocarlo.
 
 Llevo el No que me diste,
 en la palma de la mano,
 como un limón de cera
 casi blanco.
 
 Noche de cuatro lunas
 y un solo árbol.
 En la punta de una aguja
 está mi amor ¡girando!
 
 
 
 MORÌ ALL’ALBA
 
 Notte di quattro lune
 e un albero solo,
 con un'ombra sola
 e un solo uccello.
 
 Cerco nella mia carne
 l'impronta delle tue labbra.
 La fonte bacia il vento
 senza toccarlo.
 
 Porto il No che dicesti,
 sulla palma della mano,
 come un limone di cera
 quasi bianco.
 
 Notte di quattro lune
 e un albero solo.
 Sulla punta di un ago
 c'è il mio amore che gira!
 
 
 
 De Primer romancero gitano
 
 ROMANCE DE LA LUNA LUNA
 
 La luna vino a la fragua
 con su polisón de nardos.
 El niño la mira, mira.
 El niño la está mirando.
 En el aire conmovido
 mueve la luna sus brazos
 y enseña, lúbrica y pura,
 sus senos de duro estaño.
 Huye luna, luna, luna.
 Si vinieran los gitanos,
 harían con tu corazón
 collares y anillos blancos.
 Niño, déjame que baile.
 Cuando vengan los gitanos,
 te encontrarán sobre el yunque
 con los ojillos cerrados.
 Huye luna, luna, luna,
 que ya siento sus caballos.
 Niño, déjame, no pises
 mi blancor almidonado.
 
 El jinete se acercaba
 tocando el tambor del llano.
 Dentro de la fragua el niño,
 tiene los ojos cerrados.
 Por el olivar venían,
 bronce y sueño, los gitanos.
 Las cabezas levantadas
 y los ojos entornados.
 
 Cómo canta la zumaya,
 ¡ay cómo canta en el árbol!
 Por el cielo va la luna
 con un niño de la mano.
 
 Dentro de la fragua lloran,
 dando gritos, los gitanos.
 El aire la vela, vela.
 El aire la está velando.
 
 
 ROMANZA DELLA LUNA LUNA
 
 La luna venne alla fucina
 col suo sellino di nardi.
 Il bambino la guarda, guarda.
 Il bambino la sta guardando.
 Nell'aria commossa
 la luna muove le sue braccia
 e mostra, lubrica e pura,
 i suoi seni di stagno duro.
 Fuggi luna, luna, luna.
 Se venissero i gitani
 farebbero con il tuo cuore
 collane e bianchi anelli.
 Bambino, lasciami ballare.
 Quando verranno i gitani,
 ti troveranno sull'incudine
 con gli occhietti, chiusi.
 Fuggi luna, luna, luna
 che già sento i loro cavalli.
 Bambino, lasciami, non calpestare
 il mio albore inamidato.
 
 Il cavaliere s'avvicinava
 suonando il tamburo del piano.
 Nella fucina il bambino
 ha gli occhi chiusi.
 Per l'uliveto venivano,
 bronzo e sogno, i gitani.
 Le teste alzate
 e gli occhi socchiusi.
 
 Come canta il gufo,
 ah, come canta sull'albero!
 Nel cielo va la luna
 con un bimbo per mano.
 
 Nella fucina piangono,
 gridando, i gitani.
 Il vento la veglia, veglia.
 Il vento la sta vegliando.
 
 
 LA CASADA INFIEL
 
 Y que yo me la llevé al río
 creyendo que era mozuela,
 pero tenía marido.
 
 Fue la noche de Santiago
 y casi por compromiso.
 Se apagaron los faroles
 y se encendieron los grillos.
 En las últimas esquinas
 toqué sus pechos dormidos,
 y se me abrieron de pronto
 como ramos de jacintos.
 El almidón de su enagua
 me sonaba en el oído,
 como una pieza de seda
 rasgada por diez cuchillos.
 Sin luz de plata en sus copas
 los árboles han crecido
 y un horizonte de perros
 ladra muy lejos del río.
 
 *
 
 Pasadas las zarzamoras,
 los juncos y los espinos,
 bajo su mata de pelo
 hice un hoyo sobre el limo.
 Yo me quité la corbata.
 Ella se quitó el vestido.
 Yo el cinturón con revólver.
 Ella sus cuatro corpiños.
 Ni nardos ni caracolas
 tienen el cutis tan fino,
 ni los cristales con luna
 relumbran con ese brillo.
 Sus muslos se me escapaban
 como peces sorprendidos,
 la mitad llenos de lumbre,
 la mitad llenos de frío.
 Aquella noche corrí
 el mejor de los caminos,
 montado en potra de nácar
 sin bridas y sin estribos.
 No quiero decir, por hombre,
 las cosas que ella me dijo.
 La luz del entendimiento
 me hace ser muy comedido.
 Sucia de besos y arena
 yo me la llevé del río.
 Con el aire se batían
 las espadas de los lirios.
 
 Me porté como quien soy.
 Como un gitano legítimo.
 Le regalé un costurero
 grande de raso pajizo,
 y no quise enamorarme
 porque teniendo marido
 me dijo que era mozuela
 cuando la llevaba al río.
 
 
 LA SPOSA INFEDELE
 
 E io che me la portai al fiume
 credendo che fosse ragazza,
 e invece aveva marito.
 
 Era la notte di San Giacomo
 e lo feci quasi per dovere.
 Si spensero i lampioni
 e s'accesero i grilli.
 Alle ultime cantonate
 toccai i suoi seni assopiti
 e mi si schiusero improvvisi,
 come rami di giacinti.
 L'amido della sottoveste
 mi frusciava nelle orecchie,
 come una pezza di seta
 lacerata da dieci coltelli.
 Senza luce d'argento nelle cime
 gli alberi sono cresciuti
 e un orizzonte di cani
 latra lontano dal fiume.
 
 *
 
 Superati i rovi, i giunchi
 e i biancospini, sotto
 il cespuglio dei suoi capelli
 feci una buca nel limo.
 Io mi tolsi la cravatta.
 Lei si tolse il vestito.
 Io il cinturone col revolver.
 Lei i suoi quattro corpetti.
 Le tuberose e le chiocciole
 non hanno una pelle così fine,
 né i cristalli sotto la luna
 irradiano una simile luce.
 Le sue cosce mi sfuggivano
 come pesci colti di sorpresa,
 per metà pieni di luce,
 per metà pieni di freddo.
 Cavalcai quella notte
 sul migliore dei sentieri
 su puledra di madreperla
 senza briglie e senza staffe.
 Non posso ripetere, da uomo,
 le cose che lei mi disse.
 La luce della saggezza
 mi fa essere molto discreto.
 Sporca di baci e di sabbia,
 io me la portai al fiume.
 Col vento duellavano
 le spade dei gigli.
 
 Agii da quello che sono,
 da autentico gitano.
 Le donai una cesta da cucito
 grande e color paglia,
 e non volli innamorarmi
 perché, pur avendo marito,
 mi disse che era ragazza
 mentre la portavo al fiume.
 
 (traduzione di Piero Menarini)
 De Poeta en Nueva York
 
 PANORAMA CIEGO DE NUEVA YORK
 
 Si no son los pájaros
 cubiertos de ceniza,
 si no son los gemidos que golpean las ventanas de la boda,
 serán las delicadas criaturas del aire
 que manan la sangre nueva por la oscuridad inextinguible.
 Pero no, no son los pájaros,
 porque los pájaros están a punto de ser bueyes.
 Pueden ser rocas blancas con ayuda de la luna
 y son siempre muchachos heridos
 antes de que los jueces levanten la tela.
 
 Todos comprenden el dolor que se relaciona con la muerte,
 pero el verdadero dolor no está presente en el espíritu.
 No está en el aire, ni en nuestra vida,
 ni en estas terrazas llenas de humo.
 El verdadero dolor que mantiene despiertas las cosas
 es una pequeña quemadura infinita
 en los ojos inocentes de los otros sistemas.
 
 Un traje abandonado pesa tanto en los hombros
 que muchas veces el cielo los agrupa en ásperas manadas;
 y las que mueren de parto saben en la última hora
 que todo rumor será piedra y toda huella latido.
 Nosotros ignoramos que el pensamiento tiene arrabales
 donde el filósofo es devorado por los chinos y las orugas
 y algunos niños idiotas han encontrado por las cocinas
 pequeñas golondrinas con muletas
 que sabían pronunciar la palabra amor.
 
 No, no son los pájaros.
 No es un pájaro el que expresa la turbia fiebre de laguna,
 ni el ansia de asesinato que nos oprime cada momento,
 ni el metálico rumor de suicidio que nos anima cada madrugada:
 es una cápsula de aire donde nos duele todo el mundo,
 es un pequeño espacio vivo al loco unisón de la luz,
 es una escala indefinible donde las nubes y rosas olvidan
 el griterío chino que bulle por el desembarcadero de la sangre.
 Yo muchas veces me he perdido
 para buscar la quemadura que mantiene despiertas las cosas
 y sólo he encontrado marineros echados sobre las barandillas
 y pequeñas criaturas del cielo enterradas bajo la nieve.
 Pero el verdadero dolor estaba en otras plazas
 donde los peces cristalizados agonizaban dentro de los troncos;
 plazas del cielo extraño para las antiguas estatuas ilesas
 y para la tierna intimidad de los volcanes.
 
 No hay dolor en la voz. Sólo existen los dientes,
 pero dientes que callarán aislados por el raso negro.
 No hay dolor en la voz. Aquí sólo existe la Tierra.
 La Tierra con sus puertas de siempre
 que llevan al rubor de los frutos.
 
 PANORAMA CIECO DI NEW YORK
 
 Se non sono gli uccelli
 coperti di cenere,
 se non sono i gemiti che battono alle finestre delle nozze,
 saranno le fragili creature del vento
 che danno sangue nuovo nell'inestinguibile oscurità.
 Ma no, non sono gli uccelli,
 perché gli uccelli stanno per diventare buoi:
 possono essere bianche rocce con l'aiuto della luna
 e sono sempre ragazzi feriti
 prima che i giudici alzino la tela.
 
 Tutti capiscono il dolore che tocca la morte,
 ma il vero dolore non è presente allo spirito.
 Non è nel vento né nella nostra vita
 né in queste terrazze piene di fumo.
 Il vero dolore che tiene sveglie le cose
 è una piccola bruciatura infinita
 negli occhi innocenti degli altri sistemi.
 
 Un vestito abbandonato pesa tanto sulle spalle
 che molte volte il cielo li raccoglie in rudi mandrie.
 E quelle che muoiono di parto sanno all'ultimo momento
 che ogni rumore sarà pietra e ogni traccia palpito.
 Noi ignoriamo che il pensiero ha sobborghi
 dove il filosofo è divorato dai cinesi e dai bruchi.
 E dei bambini idioti hanno trovato nelle cucine
 piccole rondini con stampelle
 che sapevano pronunciare la parola amore.
 No, non sono gli uccelli.
 Non è un uccello quello che esprime la torbida febbre di laguna
 né l'ansia d'assassinio che ci opprime continuamente
 né il metallico rumore di suicidio che ci anima la mattina.
 È una capsula d'aria dove tutto ci fa male,
 è un piccolo spazio vivo al pazzo unisono della luce,
 è una scala indefinibile dove le nuvole e le rose dimenticano
 l'urlio cinese che bolle sull'imbarcadero del sangue.
 Già molte volte mi sono perduto
 per cercare la bruciatura che tiene sveglie le cose
 e ho trovato solo marinai gettati sui parapetti
 e piccole creature del cielo sepolte sotto la neve.
 Ma il vero dolore stava in altri posti
 dove i pesci cristallizzati agonizzavano nei tronchi:
 arene del cielo strano per le antiche statue illese
 e per la tenera intimità dei vulcani.
 
 Non c'è dolore nella voce. Esistono solo i denti,
 ma denti che taceranno isolati dal raso nero.
 Non c'è dolore nella voce. Qui esiste solo la terra.
 La terra con le sue porte di sempre
 che portano al rossore dei frutti.
 
 LA AURORA
 
 La aurora de Nueva York tiene
 cuatro columnas de cieno
 y un huracán de negras palomas
 que chapotean las aguas podridas.
 
 La aurora de Nueva York gime
 por las inmensas escaleras
 buscando entre las aristas
 nardos de angustia dibujada.
 
 La aurora llega y nadie la recibe en su boca
 porque allí no hay mañana ni esperanza posible.
 A veces las monedas en enjambres furiosos
 taladran y devoran abandonados niños.
 
 Los primeros que salen comprenden con sus huesos
 que no habrá paraíso ni amores deshojados;
 saben que van al cieno de números y leyes,
 a los juegos sin arte, a sudores sin fruto.
 
 La luz es sepultada por cadenas y ruidos
 en impúdico reto de ciencia sin raíces.
 Por los barrios hay gentes que vacilan insomnes
 como recién salidas de un naufragio de sangre.
 
 
 L’AURORA
 
 L'aurora di New York possiede
 quattro colonne di fango
 e un uragano di colombi neri
 che sguazzano nell’acqua imputridita.
 
 L'aurora di New York geme
 su per le immense scalinate
 cercando in mezzo agli spigoli
 nardi di angoscia disegnata.
 
 L'aurora arriva e nessuno l’accoglie nella bocca
 perché là non c'è domani né speranza possibile.
 Talvolta le monete fitte in sciami furiosi
 traforano e divorano bambini abbandonati.
 
 I primi ad affacciarsi comprendono nelle ossa
 che non avranno l’eden né gli amori sfogliati;
 sanno che vanno al fango di numeri e di leggi,
 a giochi privi d’arte, a sudori infruttuosi.
 
 La luce è seppellita da catene e frastuoni
 in impudica sfida di scienza senza radici.
 Nei quartieri c'è gente che barcolla d’insonnia
 come appena scampata da un naufragio di sangue.
 
 (traduzione di Renato Bruno)
 
 
 
 POEMA DOBLE DEL LAGO EDEN
 
 Nuestro ganado pace, el viento espira.
 Garcilaso
 
 Era mi voz antigua
 ignorante de los densos jugos amargos.
 La adivino lamiendo mis pies
 bajo los frágiles helechos mojados.
 
 ¡Ay voz antigua de mi amor,
 ay voz de mi verdad,
 ay voz de mi abierto costado,
 cuando todas las rosas manaban de mi lengua
 y el césped no conocía la impasible dentadura del caballo!
 
 Estás aquí bebiendo mi sangre,
 bebiendo mi amor de niño pesado,
 mientras mis ojos se quiebran en el viento
 con el aluminio y las voces de los borrachos.
 
 Dejarme pasar la puerta
 donde Eva come hormigas
 y Adán fecunda peces deslumbrados.
 Dejarme pasar, hombrecillos de los cuernos,
 al bosque de los desperezos
 y los alegrísimos saltos.
 
 Yo sé el uso más secreto
 que tiene un viejo alfiler oxidado
 y sé del horror de unos ojos despiertos
 sobre la superficie concreta del plato.
 
 Pero no quiero mundo ni sueño, voz divina,
 quiero mi libertad, mi amor humano
 en el rincón más oscuro de la brisa que nadie quiera.
 ¡Mi amor humano!
 
 Esos perros marinos se persiguen
 y el viento acecha troncos descuidados.
 ¡Oh voz antigua, quema con tu lengua
 esta voz de hojalata y de talco!
 
 Quiero llorar porque me da la gana,
 como lloran los niños del último banco,
 porque yo no soy un hombre ni un poeta ni una hoja,
 pero sí un pulso herido que ronda las cosas del otro lado.
 
 Quiero llorar diciendo mi nombre,
 rosa, niño y abeto a la orilla de este lago,
 para decir mi verdad de hombre de sangre
 matando en mí la burla y la sugestión del vocablo.
 
 No, no. Yo no pregunto, yo deseo.
 Voz mía libertada que me lames las manos.
 En el laberinto de biombos es mi desnudo el que recibe
 la luna de castigo y el reloj encenizado.
 
 Así hablaba yo.
 Así hablaba yo cuando Saturno detuvo los trenes
 y la bruma y el Sueño y la Muerte me estaban buscando.
 Me estaban buscando
 allí donde mugen las vacas que tienen patitas de paje
 y allí donde flota mi cuerpo entre los equilibrios contrarios.
 
 
 DOPPIO POEMA DEL LAGO EDEN
 
 Il nostro gregge pascola, il vento spira.
 Garcilaso
 
 Era la mia voce antica
 ignara dei densi succhi amari.
 La sento lambire i miei piedi
 sotto le fragili felci bagnate.
 
 Ahi, voce antica del mio amore,
 ahi voce della mia verità,
 ahi, voce del mio aperto costato,
 quando tutte le rose nascevano dalla mia lingua
 e il prato non conosceva l'impassibile dentatura del cavallo!
 
 Tu sei qui a bere il mio sangue,
 a bere il mio umore di bambino noioso,
 mentre i miei occhi si spezzano nel vento
 con l'alluminio e le voci degli ubriachi.
 
 Lasciami passare la porta
 dove Eva mangia formiche
 e Adamo feconda pesci abbacinati.
 Lasciami passare, omuncolo dei corni
 verso il bosco degli stiramenti
 e dei salti allegrissimi.
 
 Io so l'uso piú segreto
 che ha un vecchio spillo ossidato
 e conosco l'orrore di certi occhi svegli
 sulla concreta superficie del piatto.
 
 Ma non voglio mondo né sogno, voce divina,
 voglio la mia libertà, il mio amore umano
 nell'angolo piú buio del vento che nessuno vuole.
 Il mio amore umano!
 
 Questi cani marini s'inseguono
 e il vento spia tronchi trascurati.
 O voce antica, brucia con la lingua
 questa voce di latta e di talco!
 
 Voglio piangere perché ne ho voglia
 come piangono i bambini dell'ultimo banco,
 perché io non sono né un uomo né un poeta né una foglia,
 ma un polso ferito che tocca le cose dall'altro lato.
 
 Voglio piangere dicendo il mio nome,
 rosa, bambino e abete sulla riva di questo lago
 per dire la mia verità d'uomo di sangue
 uccidendo in me la beffa e la suggestione della parola.
 
 No, no, io non domando, io desidero,
 voce mia liberata che mi lambisci le mani.
 Nel labirinto di paraventi è il mio nudo che riceve
 la luna di castigo e l'orologio incenerito.
 
 Così parlavo.
 Così parlavo quando Saturno fermò i treni
 e la bruma e il Sonno e la Morte mi cercavano.
 Mi cercavano
 là dove muggiscono le vacche che hanno zampine di paggio
 e là dove fluttua il mio corpo fra contrari equilibri.
 
 
 De Diván del Tamarit
 
 
 GACELA DEL AMOR IMPREVISTO
 
 Nadie comprendía el perfume
 de la oscura magnolia de tu vientre.
 Nadie sabía que martirizabas
 un colibrí de amor entre los dientes.
 
 Mil caballitos persas se dormían
 en la plaza con luna de tu frente,
 mientras que yo enlazaba cuatro noches
 tu cintura, enemiga de la nieve.
 
 Entre yeso y jazmines, tu mirada
 era un pálido ramo de simientes.
 Yo busqué, para darte, por mi pecho
 las letras de marfil que dicen siempre,
 siempre, siempre: jardín de mi agonía,
 tu cuerpo fugitivo para siempre,
 la sangre de tus venas en mi boca,
 tu boca ya sin luz para mi muerte.
 
 
 
 GAZZELLA DELL’AMORE IMPREVISTO
 
 
 Nessuno capiva il profumo
 dell'oscura magnolia del tuo ventre.
 Nessuno sapeva che martirizzavi
 un colibrí d'amore fra i tuoi denti.
 
 Mille cavallini persiani dormivano
 sulla piazza con la luna della tua fronte,
 mentre per quattro notti io stringevo
 la tua vita, nemica della neve.
 
 Fra gesso e gelsomini, il tuo sguardo
 era un pallido ramo di sementi.
 Cercai, per darti, nel mio cuore
 le lettere d'avorio che dicono sempre,
 
 sempre, sempre: giardino della mia agonia,
 il tuo corpo fuggitivo per sempre,
 il sangue delle tue vene nella mia bocca,
 la tua bocca senza luce per la mia morte.
 
 
 CASIDA DE LA MUJER TENDIDA
 
 Verte desnuda es recordar la tierra.
 La tierra lisa, limpia de caballos.
 La tierra sin un junco, forma pura
 cerrada al porvenir: confín de plata.
 
 
 Verte desnuda es comprender el ansia
 de la lluvia que busca débil talle,
 o la fiebre del mar de inmenso rostro
 sin encontrar la luz de su mejilla.
 
 La sangre sonará por las alcobas
 y vendrá con espada fulgurante,
 pero tú no sabrás dónde se ocultan
 el corazón de sapo o la violeta.
 
 Tu vientre es una lucha de raíces,
 tus labios son un alba sin contorno,
 bajo las rosas tibias de la cama
 los muertos gimen esperando turno.
 
 
 
 CASIDA DELLA DONNA DISTESA
 
 Vederti nuda è rievocare la terra.
 La terra piana e priva di cavalli.
 La terra senza un giunco, forma pura
 chiusa al futuro: confine d'argento.
 
 Vederti nuda è comprendere l'ansia
 della pioggia che cerca fragili fianchi,
 o la febbre del mare dal volto immenso
 che non trova la luce della sua guancia.
 
 Il sangue risuonerà nelle alcove
 e verrà con spada di folgore,
 ma tu non saprai dove si celano
 il cuore di rospo o la violetta.
 
 Il tuo ventre è uno scontro di radici,
 le tue labbra un'alba senza profilo,
 e sotto le tiepide rose del letto gemono
 i morti, in attesa del loro turno.
 
 (traduzione di Piero Menarini)
 
 
 
 
 De Sonetos del amor oscuro
 
 
 NOCHE DEL AMOR INSOMNE
 
 Noche arriba los dos con luna llena,
 yo me puse a llorar y tú reías.
 Tu desdén era un dios, las quejas mías
 momentos y palomas en cadena.
 
 Noche abajo los dos. Cristal de pena,
 llorabas tú por hondas lejanías.
 Mi dolor era un grupo de agonías
 sobre tu débil corazón de arena.
 
 La aurora nos unió sobre la cama,
 las bocas puestas sobre el chorro helado
 de una sangre sin fin que se derrama.
 
 Y el sol entró por el balcón cerrado
 y el coral de la vida abrió su rama
 sobre mi corazón amortajado.
 
 
 
 NOTTE DELL’AMORE INSONNE
 
 Notte alta noi due con luna piena.
 Io ruppi in pianto mentre tu ridevi.
 Il tuo scherno era un dio, le mie lagnanze
 momenti e poi colombe senza fine.
 
 Notte bassa noi due. Specchio di pena,
 piangevi tu in remote lontananze.
 Il mio dolore era un groppo d’agonie
 sopra il tuo cuore fragile d’arena.
 
 L’aurora ci congiunse sopra il letto,
 le bocche contro il gelido fluire
 di uno sbocco di sangue senza fine.
 
 E il sole entrò filtrando dal balcone,
 e aprì il corallo i rami della vita
 sopra il mio cuore avvolto nel sudario.
 
 (traduzione di Ignazio Delogu)
 
 
 Tutte le traduzioni senza indicazione sono di Carlo Bo, in F.G. Lorca, Tutte le poesie, Milano, Garzanti 1975.
 Le due traduzioni di Piero Menarini in F.G. Lorca, Poesie erotiche, Parma, Guanda 1997;
 La traduzione di Renato Bruno in F.G. Lorca, Poesie, Milano, Rizzoli 1994;
 La traduzione di Ignazio Delogu in “Carte segrete - nuova serie” gennaio-marzo 1985 - N. 1, Rossi e Spera Editori.
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